22 agosto, 2025

Habló la subprefecta Daniela Cuesta, directora de la Unidad Penal N° 6 de Paraná sobre la serie “En el barro”

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La vida en las cárceles de mujeres volvió a ser un tema de interés tras el éxito de la serie “En el barro”, una producción derivada de “El Marginal” que explora las historias de mujeres en prisión. El elenco incluye a Ana Garibaldi, Valentina Zenere, Rita Cortese, Cecilia Rosetto, Lorena Vega y Juana Molina.

En Entre Ríos, el único centro de reclusión exclusivo para mujeres es la Unidad Penal N°6 “Concepción Arenal” en Paraná. La directora Cuesta aclaró que la realidad local es muy distinta a la que se muestra en la ficción. “Nuestra unidad es mucho más tranquila. Probablemente, la serie se basó en alguna cárcel de Buenos Aires o de mayor tamaño, con otro nivel de violencia”, comentó.

Cuesta resaltó que las dificultades de las reclusas se distinguen de las de los hombres. “Las mujeres llegan con conflictos familiares y económicos, y la preocupación por sus hijos, lo que hace que su condena sea más difícil”, explicó.

Respecto a Nahir Galarza, condenada a cadena perpetua, la directora negó que reciba un trato especial. “Se ha integrado al grupo, vive en un pabellón común y participa en las mismas actividades que el resto de las internas”, afirmó.

El penal dispone de un pabellón para madres con hijos pequeños. “La ley permite que los niños permanezcan con sus madres hasta los 4 años, aunque no es un entorno ideal. Los niños asisten a un jardín de infantes fuera del penal para evitar el encierro y tener contacto con otros niños”, detalló Cuesta.

La directora mencionó que hay 11 pabellones en total: uno para madres, otro para internas con salidas sociofamiliares y uno para aquellas con delitos contra la integridad sexual. Los demás son mixtos.

“El servicio penitenciario se guía por la Ley 24.660, que establece la progresión de la condena. Desde su ingreso, las internas pasan por varias etapas hasta llegar a una de confianza. En ese momento, un equipo de profesionales evalúa su expediente para determinar si pueden reintegrarse a la sociedad”, explicó.

Las internas participan en estudios de primaria, secundaria y universitarios, además de talleres de teatro, música, cocina, costura y pintura. También hay actividades religiosas de diferentes credos.

Sobre la comunicación, la directora indicó que se ha autorizado un teléfono celular sin cámara por pabellón para evitar el uso de redes sociales y posibles estafas.

En cuanto a la convivencia, Cuesta señaló que las mujeres suelen ser “más calmadas” que los hombres, aunque pueden surgir disputas. “Al tener 92 personas que no son familia, hay problemas de convivencia que se resuelven con cambios de pabellón y apoyo psicológico”, dijo.

La directora confirmó que se permiten visitas conyugales en las instalaciones de la Unidad Penal N°1 de Paraná. “Cuando una interna pide ver a su pareja, ya sea otro preso o una persona civil, se la incluye en una lista de espera. Las visitas se hacen en un sector de la cárcel de hombres, separado de los pabellones”, detalló. “Debido a que la demanda es alta y los espacios son limitados, se forman listas de espera”, añadió.

En casos especiales, las internas pueden casarse a través de un trámite en el Registro Civil. “Por lo general, se trata de parejas que ya se conocían, algunas incluso como cómplices de un delito. El hombre permanece en el penal de varones y la mujer en el de mujeres, sin contacto, excepto en situaciones especiales como cuando estudian juntos en la universidad”, comentó.

“Si una interna solicita una visita con un detenido de otra unidad, se hace un análisis previo sobre su situación de pareja, otras visitas y el tipo de delito, antes de pedir la autorización del juez”, concluyó Cuesta.