19 diciembre, 2025

La CGT encabezó una multitudinaria marcha y advirtió sobre un inminente paro nacional

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En un acto cargado de convicción y unidad, la Confederación General del Trabajo (CGT), junto a un amplio abanico de organizaciones sociales y políticas, copó la Plaza de Mayo para ponerle un freno a la reforma laboral que busca cercenar derechos históricos. Bajo un sol agobiante, la clase trabajadora dejó en claro que no está dispuesta a retroceder frente a un proyecto redactado a la medida de los grandes grupos económicos y en detrimento de quienes sostienen el país día a día.

Los referentes del triunvirato expresaron con firmeza el sentimiento de los miles de movilizados. Octavio Argüello fue el primero en alzar la voz para defender la soberanía de los derechos laborales, asegurando que el pueblo protegerá sus conquistas frente a cualquier intento de entrega. A su turno, Cristian Jerónimo visibilizó la angustiante realidad de las PyMEs y el crecimiento de la desocupación, recordándole al Ejecutivo que el actual modelo económico ya ha dado muestras de su fracaso para el bienestar de las familias argentinas.

El cierre estuvo a cargo de Jorge Sola, quien reivindicó la bandera de la justicia social como el único camino hacia una libertad verdadera. Sola denunció la intención oficial de facilitar los despidos utilizando recursos que pertenecen a los jubilados y advirtió que, ante la falta de diálogo y sensibilidad gubernamental, el plan de lucha es la única respuesta posible. “Terminaremos en un paro nacional”, sentenció, recogiendo el clamor de una multitud que resistió no solo el calor extremo, sino también los operativos que buscaron dificultar su llegada a la Plaza.

Gracias a la contundente demostración de fuerza en las calles, el oficialismo se vio obligado a postergar el tratamiento de la reforma hasta febrero. Este respiro, aunque provisorio, representa un triunfo para la dignidad de los trabajadores y una ratificación de que la organización colectiva es la herramienta fundamental para frenar políticas que desprecian el esfuerzo de los sectores populares.