5 octubre, 2024

TREINTA ESCUELAS OBTIENEN INGRESOS CONCRETOS POR EL PROGRAMA AMBIENTAL DE CAFESG

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El programa “Las Escuelas Reciclan”, que lleva adelante CAFESG en articulación con la Dirección Departamental de Escuelas de Concordia, se aplica con éxito en treinta establecimientos educativos del Departamento Concordia, combinando pedagogía ambiental práctica con ingresos genuinos para las Cooperadoras Escolares.

En el acto de balance anual que se realizó en la Escuela Felipe Gardel de nuestra ciudad, estuvieron presentes el vocal de CAFESG, Eduardo Asueta, y el Director  Departamental de Escuelas de Concordia, profesor Fabián Vallejos.

Vallejos señaló sobre el programa de CAFESG que apoyan “estas iniciativas y promovemos un abordaje comunitario dentro de cada establecimiento educativo, a la vez que también promovemos que esta temática sea encarada de un modo transversal, de modo que todas las currículas confluyan constructivamente con el eje ambiental”.

“Esa es una metodología que sin dudas contribuye al éxito del programa, y que ponemos en valor, porque sabemos que el eje ambiental es uno de los grandes desafíos de todos y fundamentalmente de los jóvenes que hoy están cursando el ciclo lectivo” agregó el funcionario.

Por su parte, Asueta sostuvo: “Valoramos mucho desde CAFESG la disponibilidad que ha tenido la Departamental de Escuelas en un año tan complejo, de introducir programas novedosos, y valoramos igualmente la predisposición de la comunidad educativa que también se comprometió, cumplió y ha obtenido beneficios concretos, como consecuencia de la pedagogía ambiental práctica”.

“Esperamos poder ampliar la participación de otras escuelas en el año entrante, tanto de Concordia como del resto del departamento” indicó.

Por último el vocal de CAFESG explicó que “el programa propone que los alumnos se comprometan a aportar semanalmente al menos un kilogramo de residuo seco, sea cartón, papel o plástico desde su casa, y que luego las cooperadoras lo vendan a valores de mercado, dando lugar a un ingreso regular, que sirva para comprar mapas, diccionarios, libros, arreglar ventiladores, cortinas o para financiar viajes, en fin, darle a las escuelas una caja chica para sus necesidades diarias, a la vez que se hace una práctica ambiental con un sentido pedagógico”.

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